Roma se empieza a saborear a las 48 horas, y era con lo que contabamos (un fin de semana), por tanto había que elegir entre la capilla sixtina y saborear Roma o Foro y Coliseo y saborear Roma, porque teniamos muy claro que Roma es para saborearla entera: sus plazas, sus fuentes, sus callejuelas, sus barrios, su comida, su bebida, sus postres, los helados… no en vano la llaman la ciudad eterna.

Decidimos Saborear Roma callejeando y dejandonos llevar por su vitalidad, y visitar el Foro y el Coliseo el domingo, ya que el primer domingo de cada mes la entrada del conjunto formado por “Foro, Palatino y Coliseo” es gratuita, y nosotros coincidimos el primer fin de semana de marzo.

Una de las cosas que más nos sorprendió al llegar fue que en la misma estación de trenes “Roma termini” se ha llevado a cabo la restauración de una de sus alas, con gusto infinito, y se ha ubicado Il Mercato Centrale Roma, os dejo un enlace para que veáis la arquitectura y todas las posibilidades de comidad romana que en el se ubican.

Nos quedamos boquiabiertos con la de posibilidades que existen, ya que cada puesto está especializado en una cosa: pizzas, fritos, platos veganos, quesos, chocolates, hamburguesas, platos con trufa, pescados frescos… todo lo que os podáis imaginar, tienes que dirigirte a un puesto y pedir la comida, los camareros se acercan a las mesas para tomarte nota de la bebida. Nosotros nos decidimos por probar el Trapizzino, era la primera vez que lo escuchabamos pero no será la última vez que lo pidamos. El Trapizzino  se hace con masa de pizza y se rellena con recetas típicas de la gastronomía romana, los que probamos llevaban: uno pollo con verduras y otro una albondiga de carne con tomate, estaban riquísimos, especialmente el de pollo.

Vamos a decir que nuestro viaje comenzó muy bien, estupendamente bien. Todavía ibamos con las maletas así que después de la cena nos dirigimos al hotel, en las inmediaciones de la Estación de tren,  el hotel Morgana, está a unos 20 minutos del centro histórico andando y lo recomendamos por su relación calidad-precio.

El sábado lo dedicamos, según teniamos previsto, a callejerar. Cogimos el metro desde Roma Termini hasta la Plaza de España y este fue nuestro punto de partida. Os dejamos un plano muy simple para que veáis que todo se puede hacer a pie y en orden para no repetir trayectos.

La plaza de España es un punto neurálgico en Roma y además famosísima por la pelicula “Vacaciones en Roma” sin embargo no esperéis verla vacía en ningún  momento, incluso cuando llueve  está atiborrada de gente, o dicho de otra manera muy animada siempre.

Desde la Piazza de Spagna caminamos por la Via dei Condotti disfrutando de los comercios que albergan primeras marcas internacionales y son un disfrute para los que nos gusta la moda. En la Via dei Condotti está el café del Greco, en el que os aconsejamos parar a tomar un café ristretto en un local con mas de 250 años de historia.

En el cruce de la via del Corso con la via dei Condotti giramos hacia la izquierda para llegar a la Plaza del Poppolo, en esta plaza lo más destacable son las dos iglesias que hay exactamente iguales aunque si te fijas comienzas a descubrir sus diferencias y la Fontana del Nettuno.

Desde ahí volvimos a tomar la Via del Corso y a la altura de Via Caravita giramos a la derecha para llegar todo recto hasta el Pateón de Agripa o Panteón de Roma, y en el centro de Roma encuentras un templo construido en el 118 que te deja sin respiración, y al que se puede acceder de manera gratuita. A decir verdad, Roma es como callejear entre las hojas de un libro de historia.

Si te situas de cara al Panteón tres calles a la derecha se encuentra la Piazza Navona, para mí la más bonita de Roma. Edificada sobre un estadio construido en el año 85 que, al igual que la plaza actual, tenía 276 metros de largo por 106 de ancho y albergaba hasta 30.000 espectadores, por esta razón tiene la forma ovalada de un circo romano.

La plaza Navona además de ser preciosa es un lugar ideal para comer o cenar, y no digo en la misma plaza… en Roma siempre hay que huir un poco de los sitios más turísticos, sin embargo a pocos metros en cualquier callejón adyacente se encuentran locales como este en el que comimos una perfecta comida romana. No tienen página web, pero si FB os dejamos un enlace por si queréis consultar: Piccola Cuccagna.

Comimos como en casa, en un ambiente acogedor, comida muy mediterránea y con unos postres deliciosos.

Carpaccio, berenjenas al pesto, tiramisú y panacota con fresas 😉

Después de un buen café salimos a buscar la via del Corso y todo recto llegamos a la Piazza Venezia, en esta plaza lo primero que te encuentras es el monumento a Vittorio Enmanuele II, un monumento controvertido al que los italianos llaman la “maquina de escribir” por su forma, se levantó para conmemorar la reunificación italiana destruyendo una bella plaza renacentista. La plaza se cierra con el Palacio de Venezia, que le da nombre y mantiene su sobria elegancia renacentista y con un edificio construido en el S.XX en simetria con el Palacio Venecia.

Es un nudo de comunicaciones muy importante en Roma, aunque estéis un par de dias en la ciudad seguro que la cruzáis varias veces.

Y continuando nuestro paseo volvimos a la via del Corso, contando cinco calles a la derecha llegamos a la Fontana de Trevi, maravillosa y completamente atiborrada de gente, igual que la plaza de España pero al ser más pequeña la sensación de lleno es mucho mayor. Es impresionante ver esta obra de arte encajonada entre minúsculas callejuelas.

Y ahora sí tocaba volver al hotel para hacer un descanso y prepararnos para el sábado noche, que decicimos pasar en el barrio del Trastevere, al otro lado del rio Tiber, en una de sus muchas trattorias típicas. Indagamos un poco en la diferencia entre el significado de Trattoria, Osteria o Ristorante y la conclusión a la que llegamos fue que la Trattoria es un restaurante familiar donde las recetas son auténticas y caseras de la familia que la regenta, una Osteria es un bar especializado en vinos con varios menús y un Ristorante es un restaurante, más formal, con cartas más elaboradas y normalmente más caro.

Nos decidimos por la Taverna della Scala , una antigua Osteria en el animado barrio de Trastevere donde cenamos muy bien, destacar unos deliciosos “Gnocchi al tartufo”, nunca hubiesemos imaginado que estos dos ingredientes hiciesen tan buena pareja, estaba realmente bueno.

Y el domingo por la mañana andando unos veinte minutos desde la estación de tren Roma Termini, que era donde estaba nuestro hotel, llegamos a las taquillas del Foro Romano, recordaros que el primer domingo de cada mes la entrada es gratuita y te ahorras los 12€ por persona que cuestan, sin embargo los tickets se han de sacar. Un truco es recoger los tickets en la taquilla del Foro ya que la del Coliseo suele ser mucho más larga. Y si no coincidís el primer domingo de mes es mejor comprarla por internet, son dos euros más 14€ por persona pero vale la pena porque las colas, sobretodo del Coliseo son tremendas.

Os dejamos el enlace de la página oficial de Turismo de Roma, desde aquí se accede a un portal, Coopculture  y ahí podréis comprar las entradas anticipadas.  Hay otra buena opción que es el Roma Pass para 48 o 72 horas, según vuestros planes podéis elegir una de ellas.

La verdad es que yendo con niños quizá una buena opción es coger una visita con guia español para el Foro, el Coliseo y el Palatino… de esa manera viven una verdadera clase de historia in situ. Nosotros cogimos la audioguía en español, pero se nos quedó corto. Aún así disfrutamos en el Foro imaginando como sería la vida Romana: el comercio, la justicia, la vida social o el culto a los dioses. Lo mejor del foro para nosotros: los dos arcos de Triunfo, especialmente el de Tito con sus casi 2000 años de historia.

En el mismo recinto visitas también la colina del Palatino donde se encontraba la residencia imperial. Lo que mas nos gustó de la visita al Palatino son sus vistas sobre el foro romano  y el circo Massimo.

Una vez recorrido el Foro Romano y el Palatino tienes que salir y volver a entrar, con el mismo ticket, al Coliseo. Muchísima gente entra solamente al Coliseo sin pasar por el Foro por lo que las colas son tremendas, como podéis ver en la foto.

Las colas del Coliseo llegan hasta el arco de Constantino.

Una vez dentro del Coliseo te estremeces alver la grandeza de este edificio, sin ninguna duda el Coliseo es el simbolo de Roma. Tanto su exterior como su interior merecen la pena. Hay que calcular un cuarto de hora para darle la vuelta y unos 45 minutos dentro, con lo que necesitas una hora completa para visitarlo. Y como deciamos antes es fácil saltarse la cola de tres maneras:

1.- Sacar la entrada en la taquilla del Foro que no tiene grandes colas y acudir directamente a la entrada del Coliseo sin hacer la cola.

2.- Haciendo la reserva online, cuesta 2€ mas, pasas también sin colas.

3.- Con la tarjeta Roma Pass, que incluye la entrada preferente. Sin cola.

Del Coliseo no diremos mucho más, simplemente os dejamos alguna foto que hicimos en marzo de 2018.