Miami, latina y con el corazón en little Havana pero también con su Design District o Winwood ejemplos de zonas degradadas reconvertidas, gracias al arte, en polos de atracción turística.

Tal como el día anterior nos pasó en Miami Beach, fue fácil aparcar el coche en un aparcamiento al aire libre frente a Bayside justo en la interestatal 1, una ruta federal que en sentido norte-sur recorre desde Cayo Hueso, Florida, hasta la frontera con Canada (unos 3.800km), atravesando la ciudad de Nueva York. Empezar en Bayside está muy bien porque es sin duda uno de los iconos de Miami y punto neurálgico desde el que parten los barcos que  hacen los tours por las casas de los famosos , tiene una enorme noria para ver desde lo alto la ciudad y la bahía de Biscayne, un centro comercial, un montón de bares y restaurante, enfín un hervidero de vida desde las 10:00 de la mañana a las 10:00 de la noche.

Como no pensábamos hacer ningún tour comenzamos a caminar en dirección Design District a unos 4 Km de Bayside. Lo primero que encontramos fue el Kaseya Center, sede del equipo de basquet Miami Heat y que alberga multitud de eventos culturales y musicales a lo largo del año. De hecho, por la tarde, había un partido y  un atasco impresionante de coches. Al poco pasamos por el Parque Maurice Ferré y nos llamó la atención un parque de esculturas de perros y gatos al que volvimos después. Pasamos también por el museo de ciencia de Miami, por el museo de Arte moderno y siempre acompañados por el skyline del dowtown de Miami.

Y llegamos a Design District, Craig Robinson un visionario de Miami vio un lienzo en blanco en los 18 bloques de almacenes abandonados que habían en la zona y los transformó en una de las zonas mas cool de Miami. Galerías de arte conviven con tiendas de ropa diseño, muebles de alta gama, restaurantes y eventos culturales. Un conjunto de creatividad que sin duda, vale la pena visitar y disfrutar.

Y continuamos nuestro periplo hacia Wynwood, otro barrio muy especial de Miami, a un kilómetro y medio de Design District. La filosofía fue la misma, un enclave industrial en la capital de la Florida reconvertido a un barrio que rezuma arte por los cuatro costados, y, como no podía ser de otra forma, uno de los destinos más populares de la ciudad. Cada centímetro de Wynwood es una obra de arte, fotogénico a más no poder.

No fue necesario contratar un tour, simplemente caminando encuentras murales en todas las paredes: coloristas, surrealistas, recargados, cada uno con su idiosincrasia particular. No obstante, hay un museo The Wynwood Walls, al que se accede comprando un ticket y que se visita en unos veinte minutos. Además aconsejamos caminar y hacer paradas en sus cervecerías, clubs de jazz, taquerias, vinotecas… hay un sinfín de posibilidades para disfrutar Wynwood,

Pero a la hora de comer queríamos estar en Little Havana y probar unos”platicos” cubanos. Así que pillamos un Uber, casi todos ellos son conducidos por latinos, y conversando en español en unos diez minutos llegamos a la calle 8.

Es una calle muy larga, muy segura y muy animada donde está casi todo lo que hay que ver de este imprescindible barrio en Miami: tiendas de puros, cafeterías para tomar un buen café cubano, heladerías, música cubana en vivo en la mayoría de los restaurantes, el domino park, el paseo de las estrella (cubanas), los murales, las esculturas de gallos e incluso los gallos sueltos por las calles aledañas.

Verdaderamente es lo más parecido a visitar Cuba, ya que Little Havana tiene una población de 90.000 habitantes lo que la convierte en una pequeña ciudad dentro de una gran ciudad. La gente es amable y cariñosa, casi todos cubanos, muy, muy buena gente y muy tranquilos aunque a la vez son divertidos y chistosos.

Vamos a dejaros el enlace del restaurante en el qué comimos, no lo sacamos de ninguna guía, simplemente al pasar no llamó la atención la música que estaban sonando y en la carta vimos que había todo lo que queríamos probar: Chicharrones, frijoles, ropa vieja, frita cubana… vamos allá Old’s Havana, nos sentamos en una preciosa terracita donde fuimos magníficamente atendidos por una camarera cubana, el precio…¡bueno! esto sigue siendo Miami.

Y para terminar caminamos hasta el parque Máximo Gómez, conocido popularmente como Domino Park, allí se reúnen los cubanos a jugar la partida y multitud de turistas a verlos jugar.

Y nos volvemos para el centro ya que queremos visitar otro parque, el Maurice A. Ferre Park, donde se encuentra el “Dogs and Cats Walkway and Sculpture Gardens“, una exposición al aire libre con 52 esculturas de perros y gatos realizados en aluminio, cada uno diseñado por un artista local. Cada escultura tiene un código QR para escanear y saber más de la raza representada. Nos pareció súper curioso y nos encantó el parque, que cuenta con el paseo marítimo mas largo de Miami, rodeado de jardines divinos y vistas a la Bahía de Biscayne y el skyline de Miami. En el enlace de arriba esta toda la información de la exposición en español.

Ahora sí, empieza a anochecer y queremos acabar en Bayside. De camino hicimos estas increíbles fotos desde el paseo marítimo mientra íbamos a recoger el coche.

Y para finalizar unas cervezas en Bayside, siempre animada. De 10:00 a 22:00, elegimos el más famoso Pier 5 justo frente al mar, con música en vivo y performances casi todos los días. Os dejamos enlace para que podáis consultar e incluso reservar.

Continuamos, si te apetece, con Fort Lauderdale y las Everglades.