En Cabo Cañaveral y el Centro Espacial Kenedy nuestros destacados son: el jardín de los cohetes, el edificio de ensamblaje, el transportador oruga y las  zona de lanzamiento del Apolo 11. Además del propio espacio natural de Cabo Cañaveral.

Alucinante nos pareció esta visita. Aunque hay que admitir que está organizado como un parque temático, y eso nos sorprendió porque esperábamos algo mucho más científico, sin embargo yendo con niños se hace más ameno ya que pueden interactuar o subir en alguna atracción. De otro modo hubiese sido demasiado denso, porque la visita se hace exclusivamente en inglés y si no tienes mucho nivel te acabas perdiendo en las explicaciones y los audiovisuales, que por cierto son última tecnología.

Empezaremos con los datos prácticos, no hay transporte público para llegar al Centro Espacial, así que con coche o en excursión organizada. Nosotros fuimos con nuestro coche desde Orlando, una horita por un paisaje que merece mucho la pena ya que atraviesas el espacio natural protegido de Cabo Cañaveral, lo cual es todo un contraste, playas vírgenes, manglares, dunas y un montón de fauna, no es difícil ver caimanes por los margenes además de multitud de aves acuáticas, un curioso contraste entre la tecnología espacial de vanguardia con este importante santuario natural.

La entradas las compramos desde España en la web del Centro Espacial Kenedy. Hay varias opciones, pero nosotros compramos la entrada general, que incluye la visita a todo el complejo y el tour en autobús (salen cada media hora) y te acercan al área de ensamblaje,  las zonas de lanzamiento y a una exposición muy interesante sobre la carrera espacial a la luna.

El orden de nuestra visita, que nos llevó desde las 9:00 que abren las puertas hasta las 17:00 que las cierran, fue:

En el Jardín de los Cohetes, están expuestas naves originales lo cual impresiona bastante, ver sus dimensiones, saber que alguna vez viajaron al espacio, conocer que no fueron diseñados para vuelos tripulados sino que su origen está en el ámbito militar. Como ejemplo, el cohete Mercury-Redstone que llevó a los primeros astronautas era una versión modificada del misil balístico de corto alcance Redstone del ejercito estadounidense. ¡Muy curioso!