Hvar para muchos es fiesta, la Ibiza croata, pero a nosotros nos cautivó Stari Grad, el precio del alquiler de los barcos y los puestos de lavanda que encuentras por doquier.
Primero que nada creo que a cualquiera que esté planeando una visita a la isla de Hvar le interesará saber cómo se puede llegar en coche hasta aquí. Sin vehículo hay muchas posibilidades pero cuando vas en coche la cosa se complica, así que hay que ver cuáles de ellos son Ferry y cuales Ferry Catamarán. Los Ferry son los que pasan coches, los catamaranes solamente personas. Os dejamos dos enlaces que nos han sido muy útiles:
1.- Croatiaferries, una página muy bien organizada en la que se pueden buscar los lugares donde quieres llegar por orden alfabético.
2.- Rome to Rio, un buscador súper ágil que encuentra las combinaciones que existen para llegar de cualquier lugar a otro, del mundo, de una manera sencilla y muy fiable.
Primero tuvimos que decidir qué islas visitar, y no fue fácil, sabemos que no se puede abarcar todo y finalmente tomamos la decisión y elegimos dos de las más conocidas: Hvar y Korkula, otra de las mega conocidas, que dudamos, es Brac con la playa del cuerno de oro (Zlatni rat) o la isla de Vis con la súper fotografiada playa de Stiniva… pero finalmente hicimos la ruta Split-Stari Grad (isla de Hvar) con Jandrolinija, los billetes los compramos allí mismo en el momento de embarcar, estuvimos como 1 hora de cola en Split, en el resto de puertos bastante menos.
Y llegamos felizmente a Stari Grad sobre mediodía, teniamos un airbnb reservado, Luxury Holiday Apartment en una zona residencial a 100 metros de la playa y un par de kilometros del pueblo, un apartamento chiquitín pero con capacidad para los cinco (89 € la noche), el apartamento está sobre la casa de la familia que lo alquila, son un matrimonio jubilado muy amable y pendientes de los niños, les regalaron bombones y chuches y nuestro pequeño bajaba a hablar con ellos, no sé muy bien cómo, pero con algo de inglés y mucho gesto se entendian perfectamente. Además en Croacia todo el mundo chapurrea inglés, incluidos los jubilados 😉
Esa tarde tomamos posesión de la isla recorriendo las playas cercanas, localizando el puerto, los restaurantes, supermercados… y nos pareció todo súper sencillo, Stari Grad es el destino ideal para una familia. El turismo se acumula en el pueblo de Hvar y Jelsa o Stari Grad son puertos de pescadores ideales, tranquilos y preciosos con un turimos croata que todavía no se ha desbordado.

Nuestro segundo día nos dirigimos hacia el puerto de Stari Grad, nuestra intención era alquilar un barquito y recorrer la bahía que es muy cerrada y no da impresión de peligro ninguno. Y resultó más fácil de lo que creiamos porque estabamos hablando entre nosotros y un chico, no sé cómo diantres nos entendió si hablabamos en español, pero se incorporó a nuestra conversación y nos dijo que nos alquilaba un bote para todo el día por 40€, en España nos hubiese costado 400€, así que no lo pensamos dos veces, compramos un cubo para meter el hielo y las bebidas, algo de comida y mucha fruta y nos hicimos a la mar. No nos pidieron licencia, no nos dijeron que nos pusiesemos salvavidas… todo fácil y barato, la única restricción es que no debiamos salir a mar abierto, pero la bahía es suficiente para recorrer calita tras calita y pasar el día.
Fue un día espectacular, todavía estamos alucinando. Mirad en la foto la calita donde comimos y nuestro bote. 😉
Por la tarde decidimos visitar el pueblo de Hvar y cenar allí, pero vimos que no era lo nuestro. Stari Grad es tranquilo mientras Hvar está lleno de gente y es más caro, no en vano la llaman la Ibiza croata, años atrás nos hubiese encantado, ja,ja,ja..
Así que volvimos a Stari Grad y encontramos un restaurante muy de nuestro gusto, Albatros (os dejo enlace a su facebook). Un sitio especializado en pescado fresco, en una placita peatonal y con unos platos muy bien presentados, como podéis ver en la foto.

Por la mañana volvimos a Hvar y la recorrimos de día, es bonita. Vale la pena visitarla y, además, deberiamos haber cogido la excursión a las cercanas islas Pakleni, nosotros no somos muy de excursiones pero durante todo el año estuvimos consultando información en un excelente grupo de facebook que se llama ACroacia, os dejo el enlace por si queréis pedir que os agreguen. El grupo lo administra Mario, un crotata casado con una española que tiene en el pueblo de Hvar una oficina en el centro, concretamente al lado del puerto de Hvar, la oficina se llama Mario Rent y puedes contratar las excursiones en español, pero deberiamos haberlo hecho con tiempo ya que necesitas estar a una hora concreta para la salida. Las excursiones como “La cueva azul y cinco islas”, ect… se pueden reservar con antelación directamente en este enlace acroacia.com
En la foto al fondo, se ven unas sombrillas, más o menos a esa altura esta la oficina de Mario, te atienden en español.

Os dejamos alguna instantánea del puerto de Hvar, aunque vale la pena recorrerlo, parar a tomar un refresco y disfrutar del ambiente. Información turística no os será dificil encontrar, por lo que no insistiremos en eso.

Para comer pusimos rumbo a Jelsa, otro de los encantadores pueblecitos de la isla que están menos masificados y son preciosos. La verdad, la mayoría de las veces te alejas un poco de los sitios más conocidos y encuentras sorpresas tan agradables como Jelsa. Un pueblo con turismo familiar, lleno de rinconcitos agradables, sin colas para comer y, con esa luz especial que invade el mediterráneo y a nosotros tanto nos gusta. Comimos en la placita de la foto.

Después de comer dimos un paseo para buscar una playita donde hubiese buena sombra para descansar un rato y llegamos hasta el camping Mina, donde encontramos el aquapark Jelsa una sorpresa muy a nuestra medida, como veréis en la foto les arregló la tarde a nuestros hijos, que hicieron amigos y lo pasaron en grande mientras nosotros tomabamos un relajante café en el bar del camping.

Y esa noche mientras en Hvar disfrutaban de la fiesta y en Jelsa las familias se recogian en el camping, nosotros regresamos a Stari Grad y cenamos en el paseo del puerto, en la foto podéis ver que tranquilidad se respira por la noche.

Al día siguiente terminaba nuestra estancia en la isla de Hvar y cambiabamos de isla rumbo Korkula. Para ello fuimos hasta Sucuraj (al otro extremo de la isla) a coger el ferry que nos llevaría a la peninsula, concretamente a Drvenik. Las islas de Hvar y Korkula están separadas por un brazo de tierra, la peninsula de Peljesac, y para llegar con el coche de isla a isla, tienes dos opciones:
1.- Desde Drvenik recorrer toda la peninsula y llegar hasta Orebic para cruzar a Korkula.
2.- O desde Drvenik conducir hasta Ploce, coger un primer ferry Ploce-Trpanj, conducir hasta Orebic y coger un segundo ferry Orebic-Korkula
Vimos los tiempos y decidimos coger la segunda opción, haciendo los transbordos comentados arriba, a la hora de comer estabamos en Korkula. No sin antes comprar unas bolsitas de lavanda en uno de los mil puestos que hay por la isla, cuestan muy poquito y son un recuerdo precioso e ideal para recordar Hvar, la isla lavanda.
Y, ahora, os invitamos a leer nuestro periplo por la isla de Marco Polo, KORKULA.




